martes, 1 de junio de 2010

Entrada

A mí siempre me ha gustado la música hippy y pacífica, pero es tan dificil de encontrarla. Y de repente se me ocurrió: ¿y si hiciese un blog dónde habría videos así para poder compartir los que fuesen saliendo con la gente? Un ejemplo de esa clase de música podría serla del siguiente vídeo. Como se verá es respetuosa con el medio ambiente y te da una sensación de pacifismo



Si te ha gustado puedes clickar para ver más videos que se asemejen. Si no, pues también deberías de clicquear, porque es tal la pureza de esta música que tras recibir un determinado número de dosis ha de entrar en el alma de cualquiera.

Canciones de la naturaleza y pacíficas

Nota: excluyendo en este página por ser la portada, publico dejando abajo lo anteriormente expuesto por razones obvias.

Otra cosa que siempre he amado es la ciencia. Pero los vídeos no sulen estar juntos y los documentales que hechan en la tele suelen ser tan largos, y nunca puedes pararlos para velos en otro momento.
Por eso, he decido poner aquí un montón de minidocumentales y varios extractos de documentales (sólo la primera parte; dado que una vez que usted, querid@ señor(a) que está mirando el blog, lo puede buscar completo en youtube; dado que lo importante es conocerlos).
He aquí una muestra:



Si te ha gustado no dudes en ver más; ya que hay de todo tipo, desde minivideos sin habla hasta buenas explicaciones. Creanme, merece la pena ver uno o dos. Cuanto más nos adentremos en el mar de los conocimientos, más nos percataremos de nuestra ignorancia; y por tanto, seremos más humildes.

Videos científicos

Aquí está la nueva entrada de poesías, tanto de amor como roqueras. He aquí una muestra (La canción del Pirata ESPRONCEDA):


Si quieres ver otras:


Tras todo esto en breve añadiré un apartado de videos que te alegran el día. Pondré mi preferido de mientras.



Transcripción

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.

La luz, que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho,
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.

Despertaba el día,
y a su albor primero
con sus mil ruidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!!


De la casa en hombros
lleváronla al templo,
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.

Al dar de las Ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos,
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedóse desierto.

De un reloj se oía
compasado el péndulo
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba,
que pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!!


De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo:
allí la acostaron,
tapiáronle luego
y con un saludo
despidióse el duelo.

La piqueta al hombro
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
el sol se había puesto.
Perdido en las sombras
yo pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!!


En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo.

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
Del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos!...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna,
aunque es fuerza hacerlo,

¡a dejar tan tristes,
tan solos los muertos!